Stay free

Hace unos años atrás era capaz de seguir mi instinto para decidir hasta que punto arriesgarme y aunque a veces tomaba el ticket correcto, la mayoría de las veces terminaba por llegar a otras etapas, saltándome las más importantes. Equivocándome más de la cuenta. Creo que eso quedaba bien en mí, porque aunque soy una persona que analiza sus opciones,  siempre termino confiando más en el azar.

Ahora claro todo es diferente. Me he dado cuenta de que hoy, bajo el volumen del instinto, me detengo a mirar desde arriba mis opciones y aunque suene contradictorio, esto me permite placenteramente poder caminar libre. El azar no es un buen método o tal vez confié tanto en él, que termino por decepcionarme.

Sí claro, mi instinto sigue ahí, gritándome hazlo, sigue, tiene que ser lo correcto si lo quieres. Pero no necesariamente debe ser así. Pues como tanto dicen, la vida ocurre justo en ese momento en el que debía ser, por lo tanto hoy practico más la detención y no el apuro, miro más a mi alrededor lo que me permite ver realmente el por qué de donde permanezco. Como una sabia mujer me dijo una vez -Todo esto que vives ahora es sólo una especie de apoyo físico para que logres llegar a donde debes y debes vivirlo- y claro probablemente de apurarme llegaré antes, pero me perderé de todo el paisaje previo, las personas que me esperaban y progresos desconocidos.

«Mejor ir lento y disfrutar cada segundo del paisaje, que apurarse y vivir cerrando los ojos».

Este año practico mantenerme libre de decidir qué camino tomar, quién me acompañará o no, y observar con placer como el paisaje se vuelve cada vez más bello mientras más lejos logro caminar.

«Cada momento que vive, es un paso más cerca. No quiero huir de esos pasos, quiero conocerlos y que me acompañen».

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